La paradoja del Asus eee
Asus ha aprovechado la feria alemana CeBIT para presentar una segunda versión del Asus eee, un ordenador con dimensiones similares a las de su antecesor (225 x 165 x 35 mm) pero con una pantalla de 8,9 pulgadas en vez de las siete del primer modelo. Además del aumento en pantalla también hay cambios de algunas características internas. La nueva máquina tendrá 12 Gb de espacio de almacenamiento y 1 Gb de memoria. Y no todo son mejoras. La nueva versión también podrá ejecutar Windows con más facilidad que las anteriores -a las que ya se les podía instalar Windows XP, aunque con limitaciones de espacio-. Saldrá a la venta en la segunda mitad del año por 399 euros. La primera versión, por cierto, llegará a España en abril.
Que Asus se haya dado tanta prisa en ampliar la gama demuestra que está encantada con el nicho de mercado que ha encontrado casi de casualidad. Y no es para menos. Asus ha vendido ya más de 350.000 unidades del eee de siete pulgadas y se prepara para cerrar el año 2008 con entre tres y cinco millones de máquinas en el mercado -como se puede ver, muy precisos a la hora de anunciar las cifras no son-. Es una sorpresa, un hueco que hasta ahora ningún fabricante se había atrevido a explorar pero que en breve estará saturado. Dell, HP y Acer preparan competidores que podrían venir a lo largo del año. Mismo rango de precios, prestaciones parecidas.
La filosofía de eee, una máquina barata para usuarios que no necesitan un PC que haga de todo. Se concibió como un ordenador fácil de usar y sencillo, orientado al aprendizaje y la navegación casual y de hecho en la web del fabricante aún se respira esa atmósfera.
Últimamente, sin embargo, me doy cuenta de que hay una gran paradoja en todo este asunto. Los usuarios del eee, quienes al final realmente lo compran, no son precisamente novatos en esto de la tecnología. Los pocos usuarios que conozco en EE.UU. y España tienen al menos otro portátil "serio" en casa (normalmente más de uno) y usan el eee como segunda máquina o equipo de viaje.
Lo cierto es que el "precio alto" es uno de los grandes mitos de la informática. El coste de un ordenador, lo crean o no, ya no es la barrera de acceso al mundo de la informática. Por poner un ejemplo, Acer, que muchas veces se identifica con ordenadores de bajo precio y ofertas "rompedoras" en las cadenas de informáticas, concentra menos del 10% de sus ventas en la gama baja. Puede que un portátil a 599 euros -no mucho más que el Asus y con prestaciones más avanzadas, por cierto- atraiga al comprador al comercio, pero la máquina que compra, al final, suele ser un poco más cara. El precio medio de compra de un portátil, hoy en día, ronda los 700 euros y eso que no faltan ofertas un 20% más baratas.
Y por esto digo que el nicho se lo ha encontrado Asus casi de casualidad -lo que no le quita mérito-. Había un nutrido grupo de tecnófilos deseando poner las manos en un ordenador ligero -¡menos de un kilo!- y con el que navegar con facilidad y de repente les ha caído del cielo este pequeño milagro blanco.
A mí la primera versión no me convenció. Necesitaba más pantalla y que el rendimiento a la hora de navegar por la red fuera un poco mejor. Esta versión, con 8,9 pulgadas de TFT, me parece infinitamente más atractiva, aunque su teclado, parece, sigue siendo una tortura. Puede que con éste "pique". Después de todo, creo que doy el perfil.
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